lunes, 16 de agosto de 2010

Jam Session


Esta es la novena noche en Fantoft, la primera que pasaré en mi cuarto. Sin contar las fiestas que ya ha acogido, claro. La ya típica consigna "Fantoft never sleeps" nunca había cobrado tanto sentido.

No voy a contar todas las nuevas experiencias que hemos tenido desde la última vez que escribí porque me daría vergüenza hacer un post del tamaño de 20. Intentaré llevarlo algo más al día... el ritmo es tan jodidamente frenético que apenas es posible pararse sólo un segundo a reflexionar.

No obstante si que hay algo digno de ser mencionado y es la sucesión de hechos que llevaron a la noche del sábado.

Como ya indiqué, Paco ha encontrado en Noruega (cerquita de Bolaños) su alma gemela flamenquísticamente hablando. Se trata de Jaime, veterano que anda por Fantoft pasando el verano y escurriendo las últimas gotas de vino de su barril, y también toca la guitarra española. Hubo "filin" musical desde el primer momento en el que Paco se fijó en las uñas del chaval, vaya.

Este encuentro ha bastado para que Paco haya comenzado a hacerse hueco entre los que animan el cotarro por aquí. Ha sido suficiente también para que, sin quererlo ni beberlo, se haya labrado un nombre, ya no sólo en Fantoft, sino en todo Bergen.

Como consecuencia de esto fuimos invitados a una Jam Sessions al aire libre en lo alto del Fløyen, una de las 7 montañas que rodean Bergen. Yo, que algo había oído sobre las Jam Sessions, fui a Wikipedia para asegurarme. Efectivamente, como sospechaba, una Jam Session consiste en una reunión de músicos, generalmente de jazz, blues o incluso rock, que tocan por amor al arte sin preparar el espectáculo. Y Paco y Jaime iban a poner el toque flamenco.

Sonaba estupenditamenteishion, así que cojimos el petate con unos cuantos bocadillos y nos tiramos para la cima del Fløyen. Aquí en Noruega son majos hasta para el senderismo: el camino hasta la cumbre está todo asfaltado excepto el tramo final que sigue siendo un camino bastante ancho y de tierra firme. Tras la hora larga de subida nos quedamos como niños pequeños ante las vistas del mirador a pesar de la niebla, que, junto con el atardecer, le da un "toque nórdico" al panorama. Según tengo entendido, es el único monte desde el que puedes ver toda la ciudad desde una sola dirección.


La Jam Session era en el bosque, así que nos adentramos en él en busca de la música. En un claro del bosque vemos como 4 o 5 tios comienzan a hacer una hoguera. Esto tiene pinta de molar. De pronto un tipo, ataviado con una especie de poncho sale de entre los árboles parándose un momento justo delante de nosotros para observarnos durante un segundo y seguir su camino desapareciendo entre los árboles del otro lado. Ninguno sabemos qué decir. Creo que es difícil superar el grado de surrealismo de la situación: unos 30 hippies intentando avivar un fuego, el colega del poncho danzando como si de Mr. Burns drogado se tratase y nosotros, todos con la misma cara de intentar comprender qué se cocía allí.


Al final lo comprendimos: la "Jam Session" consistía en 2 perroflautas tocando los timbales, un tercero con la pandereta y un tio con un poncho pidiendo papel a todo el que veía. Al final Paco y Jaime salvaron el asunto convirtiendo aquello en un tablao flamenco en toda regla.


Ya esta tarde Peri y yo, que compartimos pasillo, estuvimos en el kitchen meeting, para conocer un poco mejor a los que serán nuestros compañeros de cocina hasta diciembre. Estuvo curioso ver en un mismo plato la hamburguesa, nuggets de pollo, ensalada, arroz vietnamita, rollitos de primavera y jamón serrano. La cosa acabó jugando a las cartas mientras bebiamos vodka, escuchando el Waka waka y metidos en la habitación de una chica serbia bastante maja llamada... mmm... ... no importa...

Mañana comenzamos con la Mentor Week, la semana introductoria. A ver qué impresiones salen de la primera experiencia relacionada con la palabra "universidad".

Un abrazo a todos.

lunes, 9 de agosto de 2010

¡Qué hermosa eres, Bergen!


Seguimos vivos. Han sido tres (¿o cuatro?) días frenéticos. Resumiendo, aunque no lo parezca:

Como caídos del cielo llegamos a Bergen... Desde la ventanilla del avión ya se nos presentó el primer vistazo a los fiordos dejándonos los asientos llenos de babas.

Tras aterrizar y hacer una recomendada y muy buena visita al Dutty Free del aeropuerto de Bergen, enganchamos el primer maxi-taxi que vemos, sufriendo la primera de muchas clavadas, o más bien timo, en Noruega (aunque el taxista nos hizo sentir como en casa poniendo a los Gipsy Kings) y llegamos a Fantoft.

Fantoft es ese lugar en el que, si eres tan gañán como yo, tras conocer a tu vecinovietnamitamásterenmedicina (Kim, para los amigos), te darás cuenta de que tu nivel de inglés anda bajo límites insospechados pero estás en el mejor sitio para solucionarlo. Es también un buen lugar para descubrir los múltiples usos que pueden poseer la lejía y el amoníaco.

Y fiesta, Fantoft es fiesta y buen rollo acojonante. En la primera noche ya comienzas a probar el sabor que tendrá el resto del curso... y puedo asegurar que es un sabor muy intenso y dulce de primeras, aunque hay resaca. También es deporte: pachanga Alemanes vs. Españoles, obteniendo como resultado una dura venganza; y un impresionante running con Álvaro por un fiordo/lago. Es un buen lugar, también, para que Paco busque y encuentre flamenco y guitarra (al fin), y para hacer una interminable lista de frikadas en Youtube.

Es obligación dar un diez para los veteranos por lo que aguantan y las horas que echan informándonos de todo. Gracias a ellos hemos aprendido, o eso creemos, las más duras técnicas de supervivencia en Bergen si no queremos vivir comiendo en IKEA, el único sitio en el que puedes comer por menos de 3 € pero que además está a tomar por culo algo lejos.

En cuanto a los noruegos, muy respetuosos y corteses ellos... y ellas, que no tienen inconveniente en darte su copa de 120 coronas (18 €) llena. Tampoco les da pudor irse del local habiéndose bebido sólo media cerveza. Menudas melopeas andantes, y sin gastar una sola corona... Aunque no acabo de acostumbrarme a eso de ver el sol a las 4:30 de la mañana.




Y Bergen, increíble, preciosa.. Digna del esfuerzo de acercarse al centro única y exclusivamente para fotografiar. Aunque pueden traicionar mucho las nubes. Ayer salimos a hacerlo y a explorar unos "cuantos" españoles, un alemán y un italiano. Los españoles conformamos un 40% de Fantoft. Sólo en 5 plantas somos 25, lo cual tiene su lado bueno y su lado malo. Habrá que ir exprimiendo los buenos y parcheando los malos.

De momento ya hemos fabricado vino tinto. Unas 3 semanas con los mimos y cuidados de Paco en su habitación y ya habrá fermentado. Estará listo entonces para embriagarnos bien "embriagaos".

Por cierto, tenemos mascota. Se trata de Roger "the rabbit", un conejo que se caga por Fantoft, en especial en la habitación de Javi. En verdad se comporta como un perro cagón. Lleva tres años en la residencia y pronto se despedirá de nosotros para marchar a una ONG. "Save the Rabbits", imagino.

En fin, breve y desordenadamente, eso es más o menos lo que sucede por aquí. Publicaré algo en cuanto consiga comunicarme correctamente en inglés... Bueno, mejor no he dicho nada. Hasta pronto.

jueves, 5 de agosto de 2010

Si bemol

"Todo. Ni una bala en la recámara. Todo."
Es mi última publicación en España, son las 6 en punto de la mañana y soy plenamente consciente de que mi seriedad ha pasado por momentos mejores. Ya no sé si son días, horas o minutos los que restan para comenzar toda esta locura... Lo que si sé es que nunca olvidaré lo de esta noche. Sé que gracias a esto ya sois parte de este Erasmus y, por tanto, debo y quiero mencionaros aquí. Que me faltaría tiempo de mi vida para agradeceros toda esta movida. Que ha sido y será, sin duda, el mejor concierto de mi vida. Que sois unos cracks y me habéis dado la mejor y más ebria despedida que podría haber tenido.

Pero también quiero decir que sois unos hijos de puta (y mira que no quería llenar este blog de insultos... pero me habéis obligado). Es más, sois unos cabronazos hijos de la gran puta. Porque ahora es a mí a quien le toca echar de menos. Soy yo el que se tiene que aguantar las lágrimas al asimilarlo y el que pasará 4 meses sin jaula, sin "sirupus", sin pros, sin pachangas, sin lobos ni asesinos... Ojalá pudiera pulsar el Pause. Al menos he guardado unas pocas capturas para archivar en mi memoria, en esa carpetita, muy pequeña carpetita, llamada "Felicidad". Gracias, gracias y gracias. De verdad... gracias. Allá vamos y allá os esperamos.

Soundtrack | El emigrante + 20 de Abril - The Buyakers




Edito:


 
Free counter and web stats