sábado, 6 de agosto de 2011

Bona nit


"Fiordo", "aurora boreal", "polo norte"... e incluso "Noruega".

Ahora me pongo a recordar las clases de geografía de ESO (a la vejez, viruelas) y lo lejanas y exóticas que me parecían estas palabras entonces. De unos meses a esta parte se han convertido, a la fuerza, en motivo suficiente para, cuanto menos, hacerme levantar la cabeza cuando las oigo. Señas identificativas más que añadir a toda una lista de individuos que ahora tienen en común un año de sus respectivas vidas; además de otras cosas como enfermedades potenciales de hígado, trastornos de sueño y del habla (de esto último podemos culpar a APM), etc.

Tal día como hoy, seis de agosto, empezábamos a aportar nuestro granito a la montaña de degeneración de Fantoft. Creo que ninguno de nosotros es el mismo ahora. Y eso lo sabes perfectamente cuando levantas la vista para despedirte de aquel edificio chungo y gris, tu cabeza se colapsa. Jodido dejar un sitio en el que tienes tanto y del que puedes llevar tan poco, y no me refiero precisamente a la ropa. Jodido aprenderte de memoria lo que es la depresión post-Erasmus y todos sus síntomas. Jodido el "¿y ahora qué?"...

Como intentando disolver esa astilla de nuestras mentes, antes de todo este protocolo de cuesta abajo nos agenciamos un puñado de experiencias más para la saca. Stavanger, Preikestolen y Kjeragbolten eran los destinos. Cabaña y carro alquilados, ponemos un poco de música y a pisar el acelerador. Ni la lluvia, ni la niebla, ni los mosquitos fueron quienes para joder el último "Erasmus Trip". Ni por asomo.




Acantilados a seiscientos metros y piedras a mil sobre el fiordo fueron buen escenario para decir adiós. El punto y final con mejor caligrafía de la historia. Después tocaba una retirada sobre mis propios pasos. Mismos aviones, mismos aeropuertos y mismos mensajes de megafonía. Pero, y me cago en todos los putos peros, allí faltaban cuatro sujetos discutiendo sobre el cambio del Lats al Euro para comprar absenta y ron. Sus siluetas estaban allí, marcadas con líneas discontinuas pero sin relleno. Malditos sean todos los putos Duty Free's ahora.

Sin embargo, como no hay despedidas sin reencuentros (al igual que no hay viernes sin disfraces, ni Paco sin guitarra, ni Bergen sin lluvia, ni Puta sin Ramoneta, ...), el plan B a toda esta mierda de sensaciones está en pleno transcurso: Operación Fontanosas. Pero eso ya es el prólogo de otro episodio. Por aquí ya está todo el salmón vendido. En cuanto a todas estas polleces escritas, cursiladas, mi desorden comunicativo, como queráis llamarlo... en fin, que por algo lo llaman blog personal. "Over and out" que dirían. Gracias en Si Bemol.
"Creo en la trama sin desenlace, al igual que creo en las primeras y segundas vistas. En las pajas mentales y en el más vale tarde que nunca.
Creo en la paz interior y en el hombro con hombro. En las tantas de la madrugada y en el poder de la improvisación.
Creo en todas las sonrisas que acabaron en risas y en las que acabaron en lágrimas. En la euforia del viernes y en la desidia del domingo.
Creo en todas esas palabras que nunca pudieron oírse y en las que aún permanecen en el aire. En todo lo que queda pendiente y en el tiempo perdido. Creo en la oscuridad de aquel túnel.
Creo en las horas de reflexión y en los kilómetros pateados. En la lluvia y en todas las nubes que pasaron de largo. En la conciencia tranquila y en la rabia precisa.
Creo en el nylon de las cuerdas y en lo ridículo de todas las borracheras. En el hielo, el verde, el asfalto, la tierra, las vías, los charcos, las piedras, los Abbey Roads y en todo lo que pasó por debajo de mis suelas y que echaré de menos de manera indiscriminada.
Creo en toda esta mierda."
Soundtrack | End Over End - Foo Fighters

domingo, 22 de mayo de 2011

#spanishrevolution i Bergen

También tie derecho el chaval
"La culpa, ese algo con lo que no cargaremos ni tú, ni yo, ni nadie. Porque simplemente somos incapaces de admitirla. La culpa es de Zapatero. O de la oposición. O de los empresarios. No, espera, de los banqueros. ¿Y los constructores?

La culpa es una gran bola que pasa de mano en mano haciéndose cada vez más grande. Entonces para la melodía y el que la tiene en las manos se siente como el puto culo. Está jodido y el resto se ríe de él. Y así, a grandes rasgos, es como funciona este país.

Somos una sociedad ciega y empeñada en seguir siéndolo. Seguros de la mierda que hacemos pero incapaces de reconocerla por el olor. Escépticos, pero sólo con aquellos que no comparten nuestras ideas. Pensamos que somos el país más desarrollado por ser el único en tener 10 ediciones de Gran Hermano. Cuchicheamos y ayudamos a alimentar falsos bulos. Y cuando miramos la verdad a la cara, nos repugna tanto que la repudiamos. Estamos endiosados. Seguimos consumiendo, todo va bien y acorde al sistema. Nos asomamos por la suela de los que están arriba y nos damos cuenta de lo bien que les funciona el negocio. Nosotros somos la moneda de cambio. Pero no hacemos nada. Porque, si no tenemos la culpa, ¿por qué vamos a tratar siquiera de arreglarlo?"

Con sumo placer me trago estas palabras. Sorprendentes las dimensiones que está cogiendo todo esto. Aquí, en Bergen, no queríamos dejar de subirnos al carro de #spanishrevolution. Esta tarde nos hemos concentrado para formar parte del movimiento y (espero) etapa de cambio.

Nobody expected! 

 Tenemos voz, no sólo voto. Mucho ánimo a todo el que lucha pacíficamente por la causa, sea aquí, en Pekín o, si no, en Pokón.
Abrazos a España. Abrazos a Puertollano.


Soundtrack | Kings and Queens - 30 Seconds to Mars

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Por dónde iba...?

Patience II

De todas las cosas que mantienen ocupada mi desatención y que permanecen a la deriva entre mis inactividades diarias, es esta la que me gustaría rescatar en primer lugar.

¿Por algún motivo especial? Bueno, creo que el elemento "acojone" sería de especial mención a estas alturas. Ya hay un asiento en un avión para España que lleva mi nombre, por lo que ya puedo rodear en rojo, y sólo en rojo, el 6 de Julio en el calendario. Ese es el día en que todo esto se acaba, por lo menos para mí. Menos de dos meses para exprimirlo y a veces se me olvida la razón por la que comencé a escribir esta bitácora: la falta de seguridad en mi memoria. Va siendo hora de seguir asegurando algunas experiencias y recuerdos.

Al igual que ya escribí un día aquello de "y la nieve llegó a Bergen...", podría empezar la avalancha de palabras que se avecina con algo por el estilo de "y el buen tiempo llegó a Bergen...". Sí, podría hacerlo si no tuviese que rebobinar hasta enero.

Bergen estaba poco más o menos como lo dejamos: con un frío pelotino, de nieve hasta las trancas y mucho hielo, sobre todo hielo. Hubo oportunidad de usar el trineo (¿qué menos estando en Noruega?) por las laderas de Gamlehaugen. Y, aunque Bergen estaba de un bonito de mírameynometoques, he de decir que la misma nieve que en Octubre nos hacía ilusión ahora empezaba a tocarnos un poco los cojonzuelos.

Februar i Bergen


Con Febrero retomamos la ya tradición de disfrazarnos la inmensa mayoría de los viernes, para no perder las buenas costumbres. Aquí he de dar una vez más las gracias por la que montaron (se me quedaron rojitas las orejas)...



... y las que montamos, con distinta forma ("Aerobic Party", "Ski Party", "Carnival Party", "Pirate Party", "Viking Party", ...), pero misma esencia:




Empezamos también a hacer cosas pendientes. Ver una película en un cine noruego, jodernos las rodillas esquiando en la montaña, restar el Rundemanen a la lista de las siete montañas de Bergen (¡ya sólo quedan tres!), hacernos resonancias magnéticas cerebrales en pos de la investigación y la ciencia noruegas, abrir la puerta de alguien a base de martillo y destornillador con ese alguien dentro,... lo que viene siendo normal pero obligatorio durante una larga estancia en un país extranjero.

Y como no sólo de fiestas vive el hombre y algo de mundo habría que ver, con más ganas de penar que de otra cosa, cogimos la mochila y nos plantamos en un crucero de Hurtigruten. Ese es el nombre que recibe la línea de barcos que rodea la costa noruega prácticamente en su totalidad. ¿Nuestro destino? Tromsø, en la mismísima Laponia Noruega, bastante más allá del Círculo Polar Ártico. Lo que se dice salir un momento a por tabaco.Y nosotros creyendo que Bergen era el culo del mundo...

La idea era hacer unos 1800 kilómetros durante cuatro días en ese barco, haciendo cortas paradas en las ciudades costeras más importantes. Lógicamente, la suma de factores "estudiantes", "beca Erasmus" y "Noruega" ya bastante nos permitía con poder comprar el ticket para el barco. "Camarote propio" eran palabras mayores con las que no podíamos tratar. Por tanto, esos cuatro días, con sus cuatro noches, teníamos que pasarlos en las zonas comunes. Esto, para un español, significa habituar (con habituar quiero decir "llenar de ropa y de mierda") un lugar pensado para todo el mundo y hacerlo suyo. El lugar escogido fue la biblioteca del barco. Moqueta, sofá, sillones, televisión, mesas para desparramar los ibéricos, ... sonaba de miedo para convertirlo en nuestra suite presidencial.

Y así fue durante los dos primeros días hasta que algún guiri jubilado (¡recuerdos a Encarni!), en su afán por romper con nuestra filosofía "Hakuna Matata", se quejó a los trabajadores del barco... obligándonos así a recoger el tinglado y convertirnos en nómadas de los siete pisos del MS Polarlys. Durante este viaje pudimos comprobar, aparte de la belleza de la costa noruega, la cantidad de horas que puede dormir un ser humano cuando se aburre. Y también las gilipolleces que puede hacer un español con los hits veraniegos de su país, tales como "La Macarena" (-Du yu jaf de macarena? -Of curs!) y "el Aserejé".

Ålesund


De esta manera, pasando por Ålesund, Molde, Trondheim y Bodø (también llamada la ciudad más fea del mundo), y cruzando el Círculo Polar Ártico, llegamos a Tromsø. 

Aún siendo la séptima mayor ciudad de Noruega, no deja de ser un pueblito situado en una isla. Muy, muy digno de visitar pero un lugar muy difícil para vivir en él. Finales de Marzo y la nieve aún llega por las rodillas.

Allá repartiríamos el tiempo pasando la primera noche en un hostal y las dos siguientes en una cabaña de madera en un camping a las afueras. Lo acordado era alquilar un coche para ver la zona durante el día e intentar hacernos con alguna Aurora Boreal por la noche.

Tromsø

Artic Cathedral


Un entorno la hostia de bonico precioso para conducir por sus carreteras. Carreteras que, por cierto, están fenomenalmente bien conservadas a pesar del nivel de nieve. Toda una mañana conduciendo por la isla de Kvaløya no tiene precio. Paisajes polares que recuerdan a los anuncios de Licor del Polo, uno de los aires más puros que puedas respirar y un puñado de canciones en los altavoces. Suficiente para dar rienda suelta al disfrute de los sentidos.



(Fotos de Patricia)

Mientras tanto, por las noches llevamos a cabo nuestra búsqueda desbocada de auroras por las carreteras de Kvaløya. La primera noche no hubo suerte por las condiciones del cielo, demasiadas nubes. La segunda volvimos a probar suerte, el cielo había despejado. Aparcamos en un claro y esperamos a que algo apareciese por allá arriba. Entonces...
"Oye, que si os interesa salir del coche para ver las auroras boreales que se están formando ahí detrás..." 
Y, bueno, ya sabéis aquello que dicen de que una imagen vale más que mil palabras:

Northern Lights

Northern Lights

Northern Lights

Con un puñado de auroras en la tarjeta de memoria y la experiencia de los -15º C en el cuerpo, volvimos más que conformes y realizados a la tierra del "ya no tan frío".

No hace falta ser muy ingenioso para imaginar lo que vino después. Por supuesto, más fiesta. Tal vez un poco más de puteo académicamente hablando. El retorno de Anna, alguna que otra tarta de cumpleaños y el paso de la nieve al verde.

Ya en Abril he tenido la suerte de pasar unos días con colegas de Puertollano y de Asturias. Un placer haber compartido un cacho de andadura en este Erasmus junto a ellos y de haber descubierto un poco más de Bergen con su compañía. Gracias.






Y hasta esta madrugada de insomnio (puto café) eso viene siendo, en un vano esfuerzo de resumirlo a mi manera, lo que ha acontecido por aquí.

¿Planes de aquí al final? Básicamente intentar hacer lo más llevadero posible el proyecto de Software Engineering, que ahora ocupa un gran lugar en mi mente pero no en mi tiempo ya que no tengo ni idea; tratar de escribir más asiduamente por aquí; ver a Bob Dylan en el Bergensus Festning (lo siento, tenía que decirlo); sacarle el jugo a lo que me queda en este país tan jodidamente maravilloso y tan jodidamente caro; y, sobre todo, intentar disfrutar del agua helada y de todos los atardeceres que pueda en Troldhaugen:

Panoramic Troldhaugen


Abrazos a Puertollano, Asturias y a todo el que comparte mis días, mejores o peores, por aquí.

Soundtrack | Every Picture Tells A Story - Rod Stewart

 
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